sábado, 19 de noviembre de 2016

De Menú.....Repollo.

Una de las muñecas que siempre quise tener de pequeña era la famosa Cabbage Patch Kids, osea entre nosotros la Repollo. Pero tuvo que ser una muñeca cara en la época (imagino) y nunca me la compraron.
En cambio, me compraron una de las muchas imitaciones que salieron por entonces.
Aún no sé de que marca es.






Aparte de las originales, también las hizo Famosa con Aquellos Chiquitos Maravillosos por los años 80. Creo que es la que más se podría asemejar a la mía, que tenía cara, manos y piernas de goma, el resto de trapo, ya que tanto las Cabbage como las otras imitaciones eran siempre todas de tela menos la cara. Pero Famosa ponia su marca en la nuca y la mía no tiene marca por ningún lado.
También las imitó Vicma, BB, Jesmar...
(Si alguien tiene algún dato más para averiguar el origen de la mía, se lo agradezco).
No sé que ropa traía la mía de origen, la ropita que lleva se la hizo cómo siempre mi madre.
La historia de las Repollo, permitirme que tire de una de tantas publicaciones recogidas por Internet, es esta:

Las Cabbage Patch Kids eran muñecas producidas entre 1983 y 1988 por Coleco. Se caracterizaban por sus grandes cabezas de vinilo y sus cuerpos blandos.
El atractivo de las muñecas era su individualidad. No existían dos exactamente iguales; cada muñeca tenía un diferente color de ojos, rasgos de cara, pelo y complexión. Ideadas y manufacturadas artesanalmente por la artista estadounidense Martha Nelson Thomas como una expresión de amor hacia los juguetes y los niños. Martha tenía la idea de que cada muñeca debía ser vista como un integrante de una familia para los niños, por eso parte de su estrategia de venta era otorgar un certificado de adopción; en este certificado se describía el nombre de la muñeca, sus gustos, su carácter y otras peculiaridades. La artista solía comercializar sus muñecas en ferias locales, no quería comercializarlas a gran escala porque pensaba que perderían su valor emocional y artístico.
Conoció a Xavier Roberts cuando le vendió muñecas, sin embargo, al pasar el tiempo, ella se enteró de que Xavier Roberts las comercializaba a altos costos por lo que ella decidió no venderle más. Él por su parte, argumentó que si ella no le proporcionaba la mercancía, él empezaría a hacerlas para comercializarlas a gran escala. Lo que él hizo fue prácticamente clonarlas, las sutiles diferencias eran introducidas con una computadora para cada tirada. Cada una venía con un certificado de nacimiento y otro de adopción único que había sido firmado por su pseudocreador.
Mientras Xavier se hacía millonario, ella seguía haciendo sus muñecas artesanalmente. Sin importarle el dinero, ni el éxito, Martha fue aconsejada legalmente para actuar en defensa de los derechos intelectuales. El proceso terminó en un acuerdo en donde a puerta cerrada en el cual, se le daba a Martha el crédito por la creación de la muñeca.
Las Muñecas Repollo se volvieron a comercializar en España en el año 2006. Actualmente no se ven ya por jugueterías ni centros comerciales...





Aunque Xavier Roberts se aprovechara de Martha cosa que me parece muy fea, en el fondo hay que agradecer que lo hiciera, porque si no, no hubiesemos podido tener la oportunidad de tenerlas en nuestras vidas, todo hay que decirlo.
No ha sido una muñeca que se haya comercializado al menos en España continuamente. Así que en los Reyes del 2007, se volvía a vender y yo me la pedí con 29 añitos que tenía yo, jejeje.

 Y aquí está mi niña.... Rosalinda Verónica así se llama. Su ropa de origen anda guardada, ahora mismo anda un poco desaliñada, tengo que arreglarle lo que lleva puesto, que no es nada mas y nada menos que uno de los pijamitas de mi primer hijo, Rafa.







Al año siguiente, también por Reyes llegó Luz Mariana, digo lo mismo, su ropita guardada y ahora vestida con otro de los primeros pijamitas de mi segundo hijo, Marcos.










Ese mismo año, les regalamos por Reyes a mis sobris sus 2 Repollos también, Tamara Violeta y Ainhoa Mariana. Guardé sus partidas de nacimiento para que no se perdieran.




La última en llegar a casa fué esta pequeñina, la rescate en abril de este año la primera vez que fuí al mercadillo de Fuengirola. Le he pedido a mis peques que cada uno elija un nombre y este ha sido el resultado, se llama Martina Sofía.





¡Espero que la familia siga creciendo!





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